Una mexicana en Timisoara

  • Hace aproximadamente tres años una familia mexicana se vino a vivir a Timisoara y tuvimos la dicha de conocerla porque sus tres hijos eran alumnos nuestros, observadores. Alexa, la mayor, era alumna en la sección bilingüe rumano-española. Se quedó con nosotros 1 año y luego regresó con su familia a México. Antes de despedirse de nosotros le hicimos un par de preguntas sobre nuestro país y como uno de los temas de nuestro proyecto es la migración, consideramos que sería muy interesante ver lo que siente un mexicano que se tiene que quedar por un periodo de tiempo en otro país. Ahí van sus respuestas:  

     

    Hola, mi nombre es Alexa Carolina Lima Rocha, soy de México, y durante 1 año viví con mi familia en Rumania, Timisoara porque mi padre trabajaba allí, mientras mi madre se dedicaba a la casa y a cuidarnos a mis hermanos y a mí. Yo estudié en la escuela Liceul Teoretic “Jean Louis Calderon” junto con mis hermanos, la verdad es que era muy distinto todo (la escuela, el ambiente, el idioma, etc).    

    La escuela en varios aspectos era distinta, una de las cosas eran las lenguas que se daban como lenguas extranjeras, se daban clases de inglés, francés, italiano, latín y español, una de mis materias preferidas, mientras que en México se da sólo inglés. En cuanto a las matemáticas, física y química había una gran diferencia porque en Rumania se empiezan a estudiar mucho más rápido que en México. En cuanto a la biología, pues no había gran diferencia. Para mí fue muy extraño estudiar el español como lengua extranjera porque en México estudio el español con literatura, como allí se estudia el rumano. El aprender el rumano, para mí, fue poco difícil, lo aprendí  en un año con la ayuda de mis padres, maestros y de mis nuevos amigos.                                                                                                                

    En segundo lugar, la comida, era 100% distinta, era una de las cosas que extrañaba, aparte de la familia y amigos, de México, aquí se come picante además tienes gran variedad en mariscos mientras que allí los mariscos no eran tan buenos, además que costaban mucho. Con el chile, pues ni se diga, allí no había.                                                                                            

    La experiencia de poder vivir en un país, en el extranjero, es muy bonita porque puedes conocer nuevas personas, nueva cultura, un nuevo idioma, pero el separarte de tu familia y amigos es algo difícil, les puedo decir que lloré mucho cuando tuve que irme, me acuerdo que me negaba a aprender el rumano, a estar allí, yo me quería regresar, lloré como tres meses o más, pero me sirvió de mucho aceptar que tenía que estar allí, algo que se me hizo difícil, pero no imposible, los amigos que tenía allí me ayudaban con cualquier cosa que yo necesitaba y eso se lo agradezco muchísimo. Le dije a una amiga llamada Roxi que extrañaba a mis amigos de México y que quisiera verlos y pasar un rato con ellos y ella me contestó “Pero yo aquí estoy contigo y te quiero mucho” y eso me hizo ponerme a pensar un poco…                                                                                                              

    Algunas  personas me hacían varias preguntas, pero una de las cuales me era difícil responder era cuando me decían “¿Dónde te gusta más, aquí, en Rumania, o en México?”, ya que México es mi país, es mi casa, y se me hace muy hermoso todo lo que hay (lugares, comida, etc.) pero, sin embargo, Rumania se me hacía también muy bonito, tenía lugares muy hermosos. La gente era algo cerrada, cuando las personas me contaban la historia de cómo era Rumania en el comunismo, era algo impactante, así es que… no sabía que responderles.