Isaac Leonardo Factos Ortiz

  • Como toda buena historia sabes cuál es el principio pero el final es la sorpresa. Partía a una nueva aventura en un país, Rumanía, al que la verdad nunca pensé ir.

    Fue una experiencia mágica, tenía la certeza de que lo sería, ya que por suerte he podido realizar más proyectos de este tipo con anterioridad, pero siempre es diferente y siempre tienes nuevas experiencias.

    En el aeropuerto, a la llegada a Timi?oara, salí el primero.  Mis nervios no estaban ahí por vergüenza o timidez, si no por las ganas de conocer a Lau, que con el paso del tiempo se convertiría en un hermano, y a su familia.

    Tuve la suerte de que mi compañero y su familia habían residido en España y todos hablaban español. Fue más fácil mi adaptación. 

    Los días que me alojé en su casa participé de su día a día, conociendo a sus amigos y otros familiares que también residieron en España. Tuve la suerte de saber más de su cultura yendo con ellos a su iglesia ortodoxa.


    Haber estado con Lau y su familia ha sido increíble, me han tratado como a un miembro más la familia, sus padres me han tratado como un hijo y han sido geniales, Lau me ha tratado como un hermano, su primo me ha tratado como si también fuera de su familia y sus amigos como si me conocieran de toda la vida, ha sido una experiencia que ojalá pudiera repetir y volver a su casa y a Rumanía, un país con encanto.