Autora: Sara Balbuena

El Circo Romano con toda probabilidad era el espectáculo que más personas atraía. Es el mayor de los edificios dedicados al ocio público. El circo de Mérida es uno de los pocos circos existente en los cuales se puede apreciar con totalidad toda su planta.

Construido posiblemente en los primeros años del siglo I tuvo un aforo de unos 30.000 espectadores, lo que le convierte en uno de los mayores del mundo romano. Su planta mide 400m de largo y 115m de ancho. La arena con una extensión de 30.000.-m2, era donde se efectuaban las competiciones. En el centro y dividiéndola en dos se halla la "spina", que mide 233m, plataforma en torno a la cual se desarrollaban las carreras de carros. Era la zona más bella y decorada, con esculturas y obeliscos, solo quedan los restos de su cimentación. Las carreras se desarrollaban en carros, conducidos por un "auriga", conductor de carros, y tirados por dos caballos "bigas" o cuatro "cuadrigas" . Cada carrera constaba de siete vueltas y las metas estarían en ambos vértices de la "spina".

La pasión que despertaba este espectáculo se puede apreciar en las pinturas, esculturas y textos relativos al mismo, destacando el auriga Lusitano Cayo Apuleyo Diocles, que triunfó en Roma como mejor conductor de carros de todos los tiempos y se supone que su carrera empezó en el circo de Emerita.