Oana-Andreea Matei

  • Para mí, este intercambio fue una experiencia única que nunca podré olvidar. Conocí gente nueva que resultó ser gente muy amable y llena de energía positiva.

    Yo no hablaba tan bien el español, pero con la ayuda de mi pareja Lydia, empecé a hablar y a llevarme bien con los que me rodeaban.

    Durante el viaje a España, me quedé en casa de mi compañera Lydia y descubrí en su compañía la ciudad de Sevilla, una ciudad preciosa con paisajes hermosos, pero existen diferencias entre Rumanía y España, por ejemplo los medios de transporte que están mucho mejor que en mi país, o las palmeras y los naranjos que tienes a tu alrededor.

    Me encanta recordar la noche antes de volver a Rumania, estábamos en la Feria de Abril, había juegos de colores y buena música. Me monté en una enorme rueda y vi desde arriba la ciudad de Sevilla. La familia española en cuya casa me quedé es una familia muy unida, amistosa y muy amable.

    Yo llegué a la conclusión de que, gracias a este proyecto, he evolucionado como persona, he conocido nueva gente y nuevas culturas.