Mérida. Puente Romano.

  • Autor: Jhonatan Pinto

    El puente romano de Mérida, con 1 km de longitud, es el segundo puente más largo del imperio romano, solo superado por el puente sobre el Danubio.

    La función de los arcos es permitir que el agua no aumente la presión de empuje sobre el puente en las crecidas del rio. De no ser así, el agua golpearía frontalmente los lienzos de muro que se encuentran entre los arcos y podría llegar a debilitarlo o incluso a derribarlo. Su nombre define su función: aliviaderos.  El lado inferior de los arcos, por donde baja la corriente, está provisto de tajamares que a modo de cuñas, cortan la corriente desviando la presión del agua a los arcos.

    En la parte central del puente existe una rampa de acceso a una isla, en lado contrario de la corriente. Adosadas a la rampa, arquerías de medio punto en ladrillo soportadas sobre pilares de granito y rellenas de opus incertum (construcción con piedras irregulares), posiblemente diseñadas para contrarrestar el empuje de la corriente y servir como apuntalamiento al puente.