Mi experiencia en Rumanía con los compañeros sevillanos fue inolvidable. Nunca podré olvidar lo nerviosa que estaba cuando empezaron a abrirse las puertas del aeropuerto y empezaron a salir por ellas todos. Cuando vi a Marina y a Leo mi corazón se llenó de alegría, porque los conozco desde el año pasado y son unos amigos muy buenos. Pero yo estaba esperando a otra persona... a mi española, que este año ya no es Estela, mamá oso, este año es Macarena, miarma.  Cuando la vi saliendo empecé a estar muy nerviosa, pero también estaba muy contenta. La llevé a mi casa y empecé a hablar con ella. Me di cuenta que es una persona muy buena, una chica muy guapa y divertida.

Los días que pasaron fueron geniales. Empecé a hablar con todos y pasar más tiempo con todos. Con Carmen que nos contaba chistes y nos reíamos todos muchísimo, jugando cartas con Lau, Macarena y Adri, miarma2, con Leo que siempre dice que le grito, pero no le grito... estábamos juntos todos casi todo el tiempo, como una familia.

Hemos formado una familia junto con los profesores. Una familia que no podré olvidar nunca, porque tienen una importancia muy grande en mi vida. En este proyecto aprendí que en menos de dos semanas se pueden hacer amistades para toda la vida, se puede viajar y aprender muchísimo. Pero lo más importante, es que te puedes conocer a ti mismo por tener la oportunidad de visitar sitios nuevos y de conocer gente nueva.