Denisa Alexandra Trusca

  • Este proyecto me ayudó muchísimo en plano cultural y sentimental. Lo más interesante de este proyecto fue cuando 12 alumnos de Rumania y 12 alumnos de España fueron elegidos para participar, para formar un colectivo. Nos ofreció la oportunidad de sentirnos importantes y sentirnos como una familia.

    Para mí, la experiencia vivida fue una muy bonita y los recuerdos que me quedaron son inolvidables. Tuve la oportunidad de visitar lugares de España sobre cuales hemos estudiado en las clases de Cultura y civilización española, tuve el privilegio de ver en vivo pinturas cuales solo vi en libros y sobre cuales los profesores nos han contado en las clases. Tuve la ocasión de hablar español desde cuando me había despertado hasta me quedé dormida, idioma que ya llevo estudiando desde hace 4 años. Nos hemos hecho amigos, tanto chicos de  Rumania como de España y ahora estos chicos forman parte de nuestras vidas. Unos de nosotros tuvimos la oportunidad de ver en qué consiste y qué es una ¨FERIA¨.

    La implicación en este proyecto, a pesar de que me dio una gran satisfacción, me ofreció también una nueva familia y destruyó  las ideas que tenía antes sobre los extranjeros.

    Cada uno hemos salido de esta movilidad teniendo al menos un nuevo amigo para toda la vida. Es un gran paso en nuestro desarrollo como adultos en cuales la sociedad puede confiar en el futuro, hemos aprendido lo que son el RESPECTO, la TOLERANCIA y la EMPATÍA y hemos aprendido, también, que no es importante la nacionalidad sino los valores morales que tenemos.

    Yo me sentí parte de la familia desde el primer segundo cuando los vi. Me estaban esperando en la estación de tren de Sevilla como si fuera una persona importante de esa  familia. En los días siguientes me convertí en alguien de la familia y ellos se convirtieron en ¨Mi familia española¨.

    En una reunión, en España, unos de los profesores españoles nos contó: ¨Al final de otro proyecto parecido a este, todos los chicos estaban llorando. Yo estaba mirándolos y sonriendo. Uno de los chicos me preguntó “por qué sonríe y no llora”, porque para ellos es muy difícil despedirse, le respondí que “justo por esto estoy sonriendo”. En ese mismo momento a ninguno nos gustó oír su respuesta, pero ahora ya entiendo: éste es el propósito de un proyecto así, para  que los chicos de nacionalidades diferentes se acerquen, traben amistades y pasen de los típicos tópicos. Nosotros somos el futuro del mundo y es nuestro trabajo cambiar el mundo en uno mejor. Una actividad como esta, cual nos hace convivir con los del extranjero, nos enseña  a aceptar y a apreciar a la gente.

    Sí, las despedidas, ambas despedidas, fueron muy dolorosas, pero los recuerdos que nos han quedado son dulces y superan todo ese dolor que sentimos.

    Nuestros profesores han logrado hacer una cosa maravillosa: nuestras casas serán siempre a  disposición de nuestros nuevos amigos y somos y seremos ¨UNA PIÑA¨ para siempre.