Autor: Bianca Patricia Poroșnicu

Esta fortaleza fue construida en el año 1388 por Petru I Musat. En realidad, su nombre es Cetatea de scaun a Sucevei, La Fortaleza de silla de Suceava y eso porque Petru I Musat construyó en el mismo tiempo otra fortaleza, pero en Scheia, un pueblo que se encuentra cerca de Suceava.

La fortaleza tuvo sus momentos de gloria en especial en el periodo de Ștefan Cel Mare. El consolidó las paredes, haciéndolas muy duras para poder resistir contra  los ataques y también hizo un muro que rodea toda la fortaleza, además de las habitaciones construidas y del foso de defensa que nunca fue llenado con agua. Fue varias veces atacada, pero aun así, ni los turcos ni nadie logró conquistarla.

Los moldavos traicionaron su patria, y así Soliman logró entrar en la fortaleza. La historia se repite después de unos años, y en 1673 los turcos la quieren destruir, así que la queman. Y todo lo que resistió de la fortaleza después del incendio fue destrozado por un terremoto. Lo que nosotros pudimos ver fue construido a principios del siglo XX.

Después de todo, también hay una leyenda que los ciudadanos aprueban y la cuentan a su manera. Se trata de los túneles subterráneos que Ștefan Cel Mare construyó por si fuera necesario evacuar la fortaleza en caso de conquista. Se dice que Ștefan Cel Mare puso una maldición, que impide al que entre que salga con vida de allí. Quisieron comprobar si todo era verdadero, pero les daba miedo entrar, así que mandaron unos gatos que, por desgracia, nunca regresaron.

Pero, a pesar de todas las leyendas, la única verdad es que esta fortaleza es la única de Rumania que no pudo ser conquistada (quizá, solo abriendo la puerta por dentro).