Estela María Rodríguez Ríos

  • EXPERIENCIA ÚNICA Y ENRIQUECEDORA QUE NOS HA DADO LA OPORTUNIDAD DE CONOCER MÁS ALLÁ DE NUESTRAS FRONTERAS

    Por alguna razón, un elemento básico y fundamental en mi vida es viajar.


    Con Demi

    Como la mayoría de las personas que empiezan a viajar fuera de nuestro país, nos movemos a lo que tenemos más cerca y, de alguna manera, lo que “conocemos” aún sin haber estado alli, aunque lo realmente valioso es viajar a lo desconocido, lo lejano y lo que desconocemos o tenemos enturbiado por los prejuicios.


    Primo de Demi

    Yo con 22 años me arriesgué. Tuve la oportunidad de ir a un país que está, como muchos otros, sujeto a infinitos prejuicios que no son verdad pero suficientes para que la gente no se interese por ellos. Viajé a Turquía. No sólo viajé, viví un año allí y fue el mejor año de mi vida.

    Ahora, con 28 años, vuelvo a hacerlo, aunque esta vez no ha sido un riesgo. Antes de irme ya sabía que sería una experiencia única, me serviría para continuar con mi descubrimiento del mundo, descubrir una cultura maravillosa, gente excepcional, costumbres dignas de apreciar, un país hermoso y además, iba a vivir en familia… RUMANIA.


    Padre de Demi

    Para mi sorpresa, fue todo eso y más.

    Impresionante cómo nos recibieron en el aeropuerto con las horas que eran. Aterrizamos y estábamos nerviosos porque, después de algún tiempo hablando por Whasapp, al fin íbamos a conocer a esos chicos que tan emocionados estaban por tenernos allí y acogernos en casa sin ni siquiera conocernos en persona.

    Recuerdo que sólo veía gente, no reconocía a nadie, todo muy ruidoso, desorientada de todo el día de viaje hasta que de pronto alguien grita mi nombre y me abraza. No la vi venir, no sabia de donde salía pero era Demi, mi Demi que estaba allí sonriendo, contenta y abrazándome, dándome la bienvenida a su país, como igual sus padres.



    La madre de Demi reparte la tarta que nos hizo la abuela

    Me abrieron las puertas de su casa, de su familia. Tuve suerte de que los padres de Demi (y ella cuando era pequeña) vivieran un tiempo en España y hablaran un poco español, un gran esfuerzo para ellos pero que no les importó para nada. Pendientes de mi todo el tiempo, que estuviera bien, que no faltara de nada, incluso sus abuelos que no sabían español pero podíamos nos entendíamos.


    Abalorios

    Tan sólo 4 días en su casa pero inolvidables. Engordé. Comiendo a todas horas, típico de madres, todo buenísimo, platos tradicionales como Sarmale, qué rico, y sus postres. Recuerdo un día sentada con la mamá de Demi, estaba haciendo una especie de abolorios típicos para el día de la madre, por la Fiesta del Mărțisor en Rumania. Los hacían a mano y luego los venderían. Me senté allí con ella a fumar y me explicaba como se hacían y la tradición, su abuela se incorporó más tarde, trabajo en familia, para mín eso no existe, no imagino a mi familia ayudándose de esa manera. Cuando me fui, me regalaron de ellos para todas las mujeres que conocía.


    Sarmale

    Conocí a uno de los primos de Demi, Ale. Genial y magnífico. Sabe español, somos como primos ahora. Nos entendimos bien desde el primer momento. Demi y Ale me llevaron un día libre a bailar típica música tradicional y bailes rumanos, fuimos los tres y luego amigos de él que nos encontramos. Una de las mejores noches allí, le tengo mucho que agradecer a Ale, quien me llama Estela Reynols (o Paca Pacheco) en honor a la serie.

    En fin, tantísimo que contar que no acabaría. Ya no solo a Demi y su familia, son todos los que han hecho este intercambio posible, profesores y compañeros. He ganado muchísimo, un nuevo país que conozco y del que hablar y que la gente también se acerque más a él y una cantidad de amigos y medio hermanos geniales que por ser la mayor de grupo me han llamado “mamá urs” y me han hecho sentir muy especial y querida, pendientes de ellos todo el día porque los quiero muchísimo.

    Espero poder reencontrarme con todos algún día porque serán para siempre.