Evaluación alumna - Diana Rebenciuc

  • El intercambio escolar fue maravilloso. Tiene muchas cosas buenas y muy pocas malas.

    El día en que nuestros compañeros españoles deberían llegar a Timişoara, mis padres y yo fuimos muy emocionados. Yo creía que no voy a poder hablar bien el idioma. Como nunca he sido parte de un intercambio, no sabía como iba a ser. Me imaginaba como iba a  ser en casa, como íbamos a hablar. Pero en el momento en que ellos llegaron, todas las emociones desaparecieron y empecé a hablar. Mis padres fueron muy felices por la llegada de mi compañera, Sara. En la casa nos entendíamos muy bien. Yo traducía lo que mis padres me decían para que entienda también Sara y al revés. Me costó un poco de trabajo, pero creo que me ayudo mucho en ordenar las palabras para que se entienda bien lo que quería decir. Fue interesante ese modo de comunicar, la convivencia con una chica de otro país, conocer un poco de su vida.

    Las actividades del intercambio fueron muchas, divertidas, interesantes. Visitamos lugares que nunca vi. Eso me encantó. Además, me gustó  que cada alumno rumano presentó uno o dos objetivos turísticos. Lo que menos me gustó fue que estabamos demasiadas horas en el autobús, y por eso estabamos tan cansados. Me alegro que tuvimos parte de tiempo muy bueno en que hacía sol, y tiempo menos bueno en que hacía frío y también nevaba.

    Los compañeros españoles son muy divertidos, con ganas de hacer tantas cosas, muy buenos. Llegué a conocerlos y me encanta que me hice amigos de otro país. De verdad, creo que nos acercamos mucho y fue muy difícil separarnos. Cuando llegué a casa, me sentía tan sola, no estaban ellos y los echaba de menos. Ahora también, me hacen falta sus risas, sus voces, sus chistes y otras cosas más.

    En conclusión, soy muy feliz de hacer parte de este intercambio escolar donde aprendemos muchas cosas culturales, también como tenemos que comportarnos con la gente, nos ayuda a hacernos amigos. Es una experiencia buenísima.