La experiencia vivida este verano en Newcastle, ha sido realmente extraordinaria, no sólo por la formación recibida, sino también por la gente que he conocido. Me ha parecido increíble conocer gente de muy diversos países y culturas y poder compartir nuestras vidas, sin apenas conocernos.
Llegué a Newcastle el domingo, día 5 de agosto y estuve allí hasta el 18 de dicho mes. Me alojé en International Home, donde me he sentido como en casa. Las clases comenzaron el día 6. Ese día nos hicieron una prueba de nivel y, mientras lo corregían, nos presentamos y nos llevaron a tomar un café y a dar una vuelta por la ciudad. Cuando regresamos a la escuela nos dieron nuestros horarios y comenzamos las clases.
Tenía clases todos los días de 9:00 a 16:00, con una hora (de 11.00 a 12.00) de descanso. Cuatro de esas horas eran de clase propiamente dicha, donde trabajábamos vocabulario, gramática, expresión oral, escrita, habilidades sociales... las otras dos horas eran de trabajo personal, en las que podíamos reforzar lo aprendido trabajando individualmente en el ordenador con programas que ofrecía la escuela, leer libros, dialogar con profesores para mejorar la expresión oral… En mi clase éramos cinco, cuatro estudiantes de Arabia Saudí y yo. Mi teacher, Megan, era genial, tenía una capacidad extraordinaria para enseñar, hacer las clases muy divertidas y hacer que nos sintiéramos muy a gusto. Al ser tan poquitos, se creó un clima de gran confianza entre nosotros. Cada tema que tratábamos en clase, la teacher lo aprovechaba para que hablásemos de nuestras familias, nuestros trabajos, aficiones, nuestros pueblos o ciudades de origen, nuestro país… lo que hizo que nos conociésemos bien. El último día de clase, me prepararon una pequeña fiesta, llevaron té árabe y otros productos de su tierra. La verdad, es que me emocioné. Nunca podré olvidarles. Por las tardes asistía a casi todas las actividades extraescolares que proponía la escuela, tales como fiestas de acogida, escape room, cenas para degustar la gastronomía típica… Otras tardes cogíamos el tren o el metro y visitábamos pueblecitos cercanos, como Tynemouth o Durham, pueblos con mucho encanto, o paseábamos por la ciudad. El fin de semana que estuve allí, el sábado participé en una excursión que propuso la escuela a visitar the Farne Islands y el castillo de Bamburgh y el domingo fui con unos compañeros a visitar Edimburgo, ciudad que me encantó.
Como dije al principio, la experiencia ha sido extraordinaria. A parte de los conocimientos adquiridos, a nivel personal, ha sido muy enriquecedora.