Hola amigos:
Os narro en estas líneas cómo he vivido el job shadowing en Oulu.
El día señalado para la partida fue el 29 de octubre. En el aeropuerto nos encontramos los miembros de la expedición y al fin, pusimos rostro a las personas con las que llevábamos meses hablando por el whatsapp.
El viaje se hizo un poco pesado, sobretodo, la espera en Helsinky para hacer la combinación de vuelos.
Llegamos a Oulu en medio de una nevada, de España salimos con casi 30 grados.
Cada compañero se dirigió a buscar su alojamiento.
El día 30 comienza con la ilusión del primer día de colegio. Cogemos el autobús, la ruta dura 30 minutos y llegamos al colegio. La vista es bonita, pues está todo nevado. El edificio se nota que es nuevo y amplio.
La sorpresa llegó cuando entramos en el edificio, un gran recibidor con el techo muy alto diferentes espacios, mesas de tenis de mesa, sillones… Los colores son muy vivos, grandes perchas con infinidad de ropa de abrigo.
Allí nos recibe nuestra anfitriona Marika, que observa divertida cómo nos asombramos por los espacios y materiales.
En reunión nos explica los horarios de los maestros asignados y nos ofrece libertad y autonomía para que observemos por todo el colegio.
Cada maestro nos pasamos a clase con uno de nuestros anfitriones.
Observo una clase de física, me llama mucho la atención unas especie de retroproyector que lleva una cámara y proyectan fichas, libros…
Lo más sorprendente es que pueden elegir el lugar para realizar las tareas propuestas, abandonan el aula y ocupan diferentes espacios del colegio.
El día 31 acudimos a la universidad, allí nos explican el funcionamiento del sistema educativo y nos muestran un colegio (el equivalente a la Aneja de Cuenca) que les sirve de banco de pruebas. Nos explican la importancia de los espacios, de la iluminación y del mobiliario. Estos factores aumentan un 16 % el rendimiento y los resultados académicos.
Yo sigo hipnotizado con los materiales, los muebles, los colores… empiezo a ser consciente de la dimensión económica que implica todo esto.
El día 1 de noviembre acudimos a nuestro centro de referencia. Hacemos uso de la libertad otorgada y nos repartimos por el centro descubriendo nuevos rincones y observando cómo trabajan nuestros anfitriones. Observamos que trabajan por proyectos, sigue sorprendiéndonos el uso de los espacios.
En la hora de comida compartimos nuestros descubrimientos como niños que cuentan sus regalos de reyes.
El día 2 continuamos con nuestras observaciones en esta jornada pasé tiempo en el aula de música. Otra vez, me dejan sin palabras los medios que tienen a su alcance.
El día 3 descubro las aulas taller. En este momento, tengo sentimientos encontrados entre la fascinación por lo que tienen y la repulsa por lo excesivo que parece.
En esta jornada también descubrimos la ludoteca y la zona de infantil.
El fin de semana lo empleamos en reuniones y en viajar para empaparnos de la cultura local.
El día 6, 7 y 8 de noviembre lo paso completamente con un maestro para ver el desarrollo de jornadas completas, pues hasta ahora había observado clases sueltas.
Observo su metodología.
El día 9 de noviembre visitamos otra parte del centro que se encuentra a dos kilómetros. Es igual pero más pequeño y recogido.
Aquí somos recibidos por el director y aprovechamos para preguntarle muchas de las dudas que nos habían surgido de la observación.
El día 10 fue el último día. Nos prepararon una sesión especial en el aula de cocina. Nosotros fuimos los alumnos, cocinamos y comimos. Esta fue la despedida.
Los últimos días se gastaron en las últimas reuniones y visitas.
La experiencia ha sido muy enriquecedora, tanto a nivel profesional como personal.
Conclusiones que saco de la experiencia:
- Invierten mucho dinero en educación.
- Aprovechan espacios del centro de múltiples formas.
- Trabajamos de forma similar en muchos aspectos.
- Es enriquecedor conocer otras culturas.
Me traigo algunas ideas de actividades, de organización de materiales… soy consciente que no disponemos del dinero que tienen allí pero nos sobran ganas e ilusión.
