Capítulo "El zorro"

  • Una nota “domestícame” acompaña al paquete que nos trae el conserje. ¿Quién lo habrá enviado? Leemos la información del remitente. ¡Es del Principito! ¿Abrimos el paquete?, será peligroso, frágil, se escapará… Todas esas ideas iban surgiendo. ¿Por qué le acompaña la palabra domestícame?, ¿qué significa? La mayoría lo desconoce, Luis resuelve la incógnita: “hacer que los animales malos sean buenos”. ¿Será peligroso lo que hay dentro? No, El Principito no nos enviaría nada peligroso. ¿Qué habrá dentro? Empiezan a surgir nombres de animales salvajes diferenciándolos de los domésticos de forma natural, sin necesidad de realizar clasificaciones impuestas por docentes fuera de contexto.

    Leemos el párrafo para descubrir qué se esconde en el interior de la caja. Dialogamos sobre crear lazos con personas, mascotas, muñecos, peluches... que nos han domesticado. Queremos conocer mejor el mundo personal afectivo y compartirlo, decidimos mostrar en clase fotografías de momentos que comparten, los cuidados...


    Un día el zorro desapareció, surgieron mil hipótesis, se habrá ido a otro planeta con el Principito, no lo habremos cuidado bien... Al día siguiente volvió con una nota. Soy un zorro curioso, me fui a visitar vuestra ciudad ¿me ayudáis a conocerla mejor? Una idea que les llevó a dialogar en casa y fotografiarse con el zorro en los rincones con encanto, escribir pequeñas historias, narrar leyendas… Una propuesta que viajó Francia convirtiéndose el zorro en mediador, creando lazos entre ambos países a través del conocimiento de la cultura de cada ciudad.