Escondí una caja sorpresa, firmado: El Principito:
Con esta nota escrita en la clase nos pusimos a buscar el paquete escondido por el Principito recorriendo emocionados todos los rincones del aula. Una nueva carta acompañaba la caja.
Antes de abrir la caja, nos imaginamos cómo sería El Principito poniendo en marcha la imaginación y la descripción contextualizada en una situación real y con sentido. Nos interesaba conocer sus ideas y estereotipos sobre los príncipes. Por ello, nos decidimos por una propuesta de trabajo individual en la que cada uno reflexionara y reflejara sus conceptos sin las interferencias aportadas por el grupo. En la asamblea expresaron oralmente cómo se lo habían imaginado.
Llegó el momento de abrir la caja y comparar en qué se parece o no a las producciones individuales. Fuimos mostrando poco a poco las partes del muñeco, primero asomamos los pies, las piernas, el cuerpo y la cabeza. Así, afianzamos en el conocimiento del esquema corporal, características…
Su mayor sorpresa fue que no llevara corona. Aunque algunos lo habían dibujado sin ella, como Eneko (4 años) que comentó: “es un astronauta, ha venido en cohete, vive en otro planeta”.
La motivación para conocer la historia de El Principito seguía creciendo. Había llegado el momento de informar a las familias el día que debían introducir en el buzón de su casa un paquete con el libro y una carta del Principito.
HOLA
ME GUSTA VISITAR EL PLANETA TIERRA.
AQUÍ OS DEJO UNA PEQUEÑA HISTORIA DE MI ÚLTIMO VIAJE.
UN BESO
EL PRINCIPITO
Al día siguiente, el brillo de la emoción se reflejaba en sus rostros, interesados en relatar las lecturas compartidas en familia y seguir leyendo.
Ver vídeo del proceso vivido en Francia y España
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