Turquía: Estambul

  • Antes de llegar a Antalya el 5 de novembre, hicimos escala en Estambul donde pudimos aprender de la cultura e imbuirnos de la vida y las costumbres turcas.

     

     

    Nos ha parecido especialmente interesante y enriquecedora esta inmersión previa en un País del que conocíamos poco y que nos ayudó a conocer mejor las costumbres y nos permitió integrarnos mejor los días que pasamos en Antalya.

     

     

    La Estambul monumental es extraordinaria, cualquier persona que la visita se queda maravillado por Santa Sofía y la Mezquita Azul.

     

     

    Pero Estambul es una ciudad abierta que permite entrar en cualquiera de sus numerosas mezquitas, por supuesto, siguiendo las normas de un lugar sagrado para los musulmanes.

     

     

     

    Y sobre todo es una ciudad viva, con mucha gente en la calle, familias con niños, grupos de personas charlando y comiendo en los bares, tiendas muy coloridas y por supuesto una pastelería en cada esquina con los exquisitos pasteles de pistacho turcos que se pueden degustar con un té y un café turco.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Una ciudad  muy mediterránea, con pequeños puestos donde reponer fuerzas con un zumo de granada, de naranja o una mazorca de maíz. Con una comida muy rica en verduras y pescado, el mercado es realmente llamativo por la forma en que se expone el pescado.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Pero si hay algo que llama la atención es la sensación de que la vida pasa despacio. cada vez que nos acercamos al mar vimos pescadores de día y sobre todo de noche viviendo las últimas horas del día de forma relajada y compartida con los amigos.

     

     

    Y cuando cruzamos a la  parte asiática observamos que por la tarde las mezquitas están muy concurridas, las personas entran a rezar. Y antes de que  empiece a atardecer cientos de personas se sientan plácidamente esperando el momento en que atardece y solo cuando la noche es oscura se levantan y vuelven a sus casas.

     

     

     

    Sin duda una primera inmersión en Turquía muy enriquecedora.