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El correo existe desde los albores de la civilización. En Mesopotamia, en Egipto o en la antigua Roma ya contaban con sistemas de mensajería que permitía la comunicación entre dos o más personas que se hallaban en lugares diferentes.
Las cartas fueron, desde entonces, el medio de comunicación más utilizado hasta bien entrado el siglo XX. Con ellas se han compartido todo tipo de informaciones: desde declaraciones de amor a partes de guerra. Muchos de los avances científicos y filosóficos han sido consecuencia de la relación epistolar entre sabios que vivían a muchos kilómetros de distancia.
En el siglo XVII, en París, Jean-Jacques Renouard de Villayer ideó un servicio postal que ya utilizaba buzones y un sistema de franqueo prepagado. A partir del Siglo XVII y XIX muchos países del mundo empezaron a desarrollar sus propios servicios postales (España lo haría en 1716). Un tratado, firmado en Berna en 1874 por 23 países (entre los cuales se encontraban los nuestros) supuso el nacimiento de la Unión Postal Universal (UPU) que regularizó el servicio postal a escala mundial.
Los artistas de las vanguardias artísticas del siglo XX utilizaron ya el correo postal como medio de creación, pero será ca partir de los años 60 del pasado siglo con artistas como Ray Johnson cuando el Arte Postal se autodefine como una forma de arte con una idiosincrasia y unas normas diferentes al arte comercial.
Los principios compartidos por los creadores de arte postal son:
- Libertad de expresión: aunque a veces en los proyectos de AP se establecen temas determinados, al artista postal se le supone libertad absoluta para el ejercicio de su actividad.
- No hay selecciones, no hay jurados. Todos los trabajos recibidos en los proyectos se aceptan y se exponen, sin limitaciones.
- No hay ventas. El dinero y el Arte Postal no se llevan bien, los trabajos enviados permanecen en poder de sus receptores en forma de archivos, y estos tienen el derecho de exponerlos, coleccionarlos o disponer de ellos como deseen, con una cierta obligación entendida de preservarlos y conservarlos del mejor modo posible.
- Realizar catálogos o listas de los participantes en los proyectos entra dentro tanto de las posibilidades económicas del momento y de cada artista postal, como de las normas de la buena educación.
El correo electrónico, nacido en 1971, tardó en generalizarse hasta la década de los años 90 pero, desde entonces, su crecimiento fue imparable. Posteriormente, el abaratamiento de las llamadas telefónicas, la venta en masa de teléfonos móviles, los mensajes sms y finalmente las aplicaciones de chat, hicieron que el correo postal fuera cada vez más innecesario. A todos estos avances tecnológicos habría que sumar la conciencia ecológica que trata de ahorrar materiales como el papel, evitando así la tala de árboles y la contaminación generada por las empresas papeleras.
Foto: Pezibear (Pixabay)
En cualquier caso, la desaparición del correo postal como medio de comunicación supone la pérdida de toda una forma de cultura en la que se vivía más despacio y se disfrutaba, no solo del contenido, sino también de la forma (caligrafía, dibujos) y del continente del mensaje (tipos de papel, perfumes),de manera que recibir una carta no era solamente una experiencia de tipo intelectual, sino también sensorial.
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