RUBEN DARIO´S STORIES

  •  Ruben Dario is a student in CEIP. San José Obrero. He is ten years old. He loves writting.  

     

     

     

    LA SONRISA  (9- 10 - 2015)

    Dicen que la risa es la mejor medicina, y yo estoy de acuerdo ya que la risa es producida en consecuencia de un estímulo satisfactorio, o sea, de algo que nos haya causado felicidad, y la felicidad es el estado verdadero del ser humano pues nacimos para ser inmensamente felices y plenos. Este hecho está demostrado en diversas leyendas, cuentos y hechos históricos tales como:

    1. La sonrisa de Ajase: hace más de 2500 años, existió un rey hindú llamado Bimbisara. Según se había predicho, el hijo del rey Bimbisara asesinaría a su padre y usurparía el trono, así que el rey Bimbisara arrojó a su hijo Ajase  a un precipicio con la esperanza de matarlo para evitar la profecía, pero Ajase sobrevivió y, con ansias de venganza, volvió al palacio y encerró a su padre en un calabozo.  El rey Bimbisara murió desnutrido un tiempo después, y el príncipe Ajase se convirtió en rey, sin embargo, se arrepentía enormemente de lo que había hecho. Pronto, Ajase entró en depresión y empezó a buscar médicos y hechiceros que pudieran aliviar sus penas con alucinógenos y “pócimas mágicas”, sin embargo ninguno podía calmar la profunda tristeza de Ajase. Aprovechando el estado del rey, un individuo llamado Devadatta decidió darle  a Ajase un alucinógeno que en realidad era un veneno. Tras beberlo, Ajase se sintió mejor, pero fue temporal, ya que pronto empezó a sentir grandes dolores de cabeza y mareos. El médico personal de Ajase dijo que éste tenía un tumor cerebral y que le quedaban tres semanas de vida. Pronto, Ajase ya ni se podía levantar de la cama debido al dolor de su cabeza. Un sabio que andaba por allí fue a ver a Ajase y le explicó que lo que le estaba sucediendo era una especie de “castigo divino” por haber matado a su padre, sin embargo no ganaría nada sintiéndose culpable y lo que debía hacer era honrar a su padre siendo un rey justo, compasivo y amable.  Tras escuchar esto, Ajase sonrió, pero no se trataba de una sonrisa normal ya que el sabio notó una belleza divina en dicha sonrisa pues Ajase no había sonreído desde el momento en que su padre le lanzó al precipicio y ahora su cara se iluminaba de felicidad ya que había dejado de sentirse culpable y triste. Poco tiempo después, Ajase se curó de su tumor cerebral. El médico no podía explicar lo que había ocurrido así que le preguntó al sabio qué había hecho para curar a Ajase, el sabio respondió: “Yo no he curado a Ajase, Ajase se curó a sí mismo cuando dejó de sentirse triste y se llenó de paz interior gracias a su sonrisa”.
    2. La sonrisa nórdica: en Canadá vivía un lobo llamado Skan. Un día, Skan  cayó en una trampa que habían puesto unos cazadores. Unas horas después se divisó en el horizonte la figura de un hombre. Grande fue la sorpresa de Skan cuando este hombre, en vez de matarlo, lo salvó y lo dejó en libertad. El hombre no era un cazador, sino un indio que al igual que Skan, luchaba por su libertad en esas tierras salvajes. Esa noche, Skan pidió a la diosa de la luna que le  permitiera devolverle el favor al indio. La diosa de la luna le dijo que si quería devolver el favor al indio debía aprender a sonreír. Skan aceptó y pasó toda la noche practicando su sonrisa, hasta que ésta pasó de ser la aterradora sonrisa de un lobo fiero y salvaje a una sonrisa hermosa que desprendía simpatía y confianza. Después, Skan fue a visitar al indio, el cual lo adoptó como su mascota y a partir de ese momento, el indio y el lobo (actualmente sería “el hombre y el perro”) pasaron a ser los mejores amigos y compañeros en todo momento.

    Estas dos historias narran momentos en los que la sonrisa tuvo un papel principal, y muestran claramente su poder, por eso deberíamos sonreír muy a menudo porque ser feliz es la esencia del alma.

    Fin