Religión

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    Los Pecados Capitales; distintas cabezas, mismo monstruo. 

    índice 

    1 El mito de la  Hidra.

    2 Pecados Capitales. 

    2.1 Los pecados capitales en la religión católica. 

    2.2 Los pecados capitales en nuestro mundo actual.

    2.3 Los pecados capitales en las redes sociales. 

     

    Trabajo realizado por los alumnos de 1º de Bachillerato Vespertino y el profesor de Religión Católica.

    1. EL MITO DE LA HIDRA.

    En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un monstruo acuático ctónico con forma de serpiente. Vivía en el lago de Lerna en el golfo de la Argólida. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra cuidaba. La Hidra de Lerna era una criatura similar a una serpiente. Esta bestia acuática poseía numerosas cabezas. Además, contaba con una respiración venenosa que la hacía aún más peligrosa. La Hidra nació de la unión de la Equidna —una ninfa mitad humana, mitad serpiente— con el monstruo Tifón —disforme de la Tierra y el Tártaro-.

    Hera, impuso a Hércules, el desafío de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Hércules, de los cuales, el segundo era vencer a la temible Hidra de Lerna. Su principal característica es que al cortarle una cabeza le salen otras dos...

    Hércules al llegar a Lerna se vio atacado por un cangrejo o una langosta gigante que Hera había enviado para ayudar a la Hidra. El héroe, acorralado, apeló a su primo Iolaos, que le había conducido hasta Lerna.

    Tras llegar a la ciénaga cercana al lago Lerna, Hércules y su sobrino Iolaos se cubrieron sus bocas y narices con una tela para protegerse del aliento venenoso de la Hidra.

    Hércules disparó sus flechas para obligar a la Hidra a salir del agua. Cuando la Hidra salió del agua Hércules le cortó la cabeza con una maza, pero por cada cabeza que Hércules cortaba a esta le salían otras dos. Como la lucha se volvía interminable Hércules tuvo una idea. Fue quemando con la ayuda de su primo, las cabezas una por una, impidiendo que se desarrollaran.
    Cuando a la hidra le quedó solo una cabeza, Hércules la cercenó y luego la cortó en muchos pedazos que luego enterró.
    Hércules, antes de retirarse, sumergió sus flechas en la sangre de la hidra. Ahora las flechas estaban envenenadas.

    2. PECADOS CAPITALES.

    Igual que la Hidra que siendo un solo monstruo poseía varias cabezas. Del pecado original brotan también siete cabezas. Estas siete cabezas son los Pecados Capitales.

    El hombre igual que Hércules ha de ingeniárselas para vencerlos recordado siempre que no está sólo, al igual que Hércules contó con la ayuda de su primo Iolaos. El hombre cuenta con la ayuda de la Gracia, las virtudes, la Intercesión de la virgen María, …  

     

    ¿Qué son los pecados capitales?

    Los pecados capitales son pecados que provienen de la concupiscencia.

     

    ¿Por qué se llaman pecados capitales?

    Se llaman capitales porque generan otros pecados y otros vicios.

    El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados.

     

    ¿Qué es la concupiscencia?

    Es la inclinación de la naturaleza humana hacia el pecado.

    Es la propensión natural de los seres humanos a obrar el mal.

    Es la insubordinación de los deseos a la razón:  la razón busca a Dios; los deseos, al insubordinarse, se oponen a la razón que busca a Dios.

    La concupiscencia nos hace tender a preferir lo placentero y evadir lo más exigente o doloroso.

     

    ¿De dónde viene la concupiscencia?

    Es una de las consecuencias del pecado original.

     

    ¿Tiene remedio la concupiscencia?

    Por supuesto que sí.  Dios nos da todas las gracias –y más de las que necesitamos- para vencer la tentación, el pecado y lo que la concupiscencia nos presenta como agradable, bueno y necesario.

     

    Pecados Capitales y Virtudes para vencerlos

    Los 7 pecados capitales son:

    1) Soberbia: Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. 

    2) Avaricia: Afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas. 

    3) Lujuria: Deseo excesivo de placer sexual. 

    4) Ira: Sentimiento de indignación que causa enojo. Apetito o deseo de venganza.

    5) Gula: Exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber. 

    6) Envidia: Emulación, deseo de algo que no se posee. Pesar del bien ajeno. 

    7) Pereza: Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados. 

     

    Y las virtudes para vencerlos son:

    Humildad: Conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.

    Generosidad: Que obra con magnanimidady nobleza de ánimo. Davidoso, franco, liberal.

    Castidad: Control del apetito sexual.

    Paciencia: Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. 

    Templanza: moderación  de los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetandolos a la razón. 

    Caridad: Actitud solidaria con el sufrimiento ajeno. Actitud que Procura el bien del prójimo.

    Diligencia: Cuidado y responsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones.

     

    2.1  LOS PECADOS CAPITALES EN LA RELIGIÓN CATÓLICA.

    La Hidra de Lerna es famosa ya que poseía varias cabezas, y al intentar cortárselas le seguían brotando más y más. Con los pecados capitales en los seres humanos pasa algo parecido: o se vencen, o se multiplican. Veamos los pecados capitales y como vencerlos en la teología católica:

    SOBERBIA

    Estrictamente hablando la Soberbia es el orgullo que lleva a la persona a igualarse a Dios o ponerse en antagonismo con Dios.

    Pero este pecado capital también se refiere al orgullo que “consiste en una estima de uno mismo o amor propio indebido, que busca la atención y el honor” (Catecismo de la Iglesia Católica #1886).

    El orgullo tiene muchas formas de presentarse.  He aquí sólo algunas:

    Vanidad: deseo de ser apreciado y quedar bien.

    Engreimiento: creerse uno muy importante, necesario, creerse una gran cosa.  Y para colmo:  no darse cuenta que cualquier cosa buena que tengamos nos viene de Dios, no de nosotros mismos.

    Arrogancia: mostrar actitudes de superioridad a los demás.

    Autosuficiencia: Creer que no necesito de Dios, que todo lo puedo por mí mismo, o creer que no necesito tampoco a otras personas.

    Suceptibilidad: No aceptar crítica o corrección, además de molestarse sin suficiente razón.

     

    Contra SOBERBIA - HUMILDAD

    Humildad viene del latín humilitas, que significa abajarse.  Y de humus, que significa suelo, tierra.

    De estos dos vocablos podemos inferir cómo obtener la virtud de la humildad:  abajándonos hasta el suelo.  En ese abajarse reconocemos que nada somos y nada tenemos que no venga de Dios. Humildad es decirle a Dios:  Tú eres Todo y yo soy nada. 

    El humilde no está aspirando la grandeza y la fama que el mundo tanto nos vende y tanto admira.  El humilde lo que quiere es reconocer cada vez más su dependencia total de Dios.  Nada somos ante Dios.

    El que de veras desea crecer en humildad, acepta humillaciones y acusaciones, aunque sean injustas (siempre que esto no afecte a terceros). 

    El humilde no busca los primeros puestos, no busca estarse destacando, ni imponiendo sus criterios.

     

     

    AVARICIA

    Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Está prohibido por el noveno y décimo mandamiento. (Catecismo de la Iglesia Católica #2514, 2534)

    Consiste en tener como máxima prioridad en la vida el conseguir y mantener dinero, propiedades, y demás.

    Hay que ser prudentes y previsivos con respecto de los bienes materiales.  Pero la avaricia sobrepasa la precaución y la prudencia. 

    La prudencia nos lleva a buscar tener lo suficiente para llevar una vida sin excesos.  La avaricia nos lleva a buscar tener demasiado.   Y en esa actitud puede llegar hasta el robo para obtener el exceso de bienes que desea.

    La avaricia es un deseo enfermizo, de cualquier cosa, no sólo de dinero.  El avaro también es egoísta, por lo que se niega a ayudar en las necesidades del prójimo, no le gusta compartir y no practica la solidaridad.

    La avaricia es muy frecuente en nuestros días.  Pero sucede que está tan a la vista, que no se nota, pues nos parece de lo más natural. 

    ¿No es avaricia querer tener el mejor automóvil, el mejor reloj, el último celular, etc?

     

    Contra AVARICIA - GENEROSIDAD

    Para luchar contra la avaricia lo primero que se requiere es la templanza en el uso de los bienes materiales:  el evitar el exceso y el lujo, controlar cantidad y calidad de los bienes que adquiramos.

    La templanza con respecto de los bienes materiales también exige que seamos desapegados de ellos.

    La virtud opuesta a la avaricia es la generosidad.  El practicar la generosidad nos ayuda a evitar la avaricia.

    Generosidad es la virtud que nos dispone a dar, no solamente bienes materiales, sino también de nuestro tiempo, talento y la propia vida para cumplir la voluntad de Dios, sin esperar nada a cambio en este mundo.

     

     

    ENVIDIA

    Sentimiento de frustración en el cual existe dolor por no poseer cualquier bien material o inmaterial que posea otra persona y que no se tenga. La envidia es una de las emociones que más daño hace a su poseedor, tiene consecuencias muy negativas para la vida diaria, esto conduce a codiciar los bienes ajenos y puede llevar a querer conseguirlos rápidamente y de forma más sencilla, como robarlos; también se pueden consentir pensamientos y deseos impuros o lujuriosos por desear a la pareja del prójimo. Si no se consigue surge la ira y se blasfema contra Dios, se levantan falsos testimonios, injurias, mentiras en contra de la persona envidiada, incluso agredirla y en los casos más graves matarla.

    Es un pecado muy escondido, la persona envidiosa no habla de estos sentimientos y pocas veces los manifiesta abiertamente. Otro problema para detectarla es que el envidioso se siente con derecho a serlo porque le parece un sentimiento natural, necesario y no lo ve como pecado, solo si se hace realidad haciendo daño a una persona puede ser que el envidioso se de cuenta.

     

    Contra ENVIDIA – CARIDAD

    La caridad según la Iglesia Católica es una de las tres virtudes teologales por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas ya nuestro prójimo como a nosotros mismos.

    La caridad se resume en el mandamiento que les dio Jesús a sus apóstoles y discípulos: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 13,34).

    La caridad suele entenderse comúnmente como un acto o sentimiento benéfico de ayuda al prójimo. La caridad vista como opuesta a la envidia consiste en desear siempre el bien del otro y ese deseo o búsqueda del bien del otro puede llegar -inclusive- a nivel heroico cuando se procura el bien del otro, antes o por encima del bien propio.  

     

     

    IRA

    La ira es el sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente.

    Es una reacción de irritación y rabia causada por la indignación de sentir que se vulnera lo que creemos merecer. 

    Puede producirse por la frustración de no alcanzar algún objetivo o necesidad.

    La ira es un estado emocional que varía en intensidad, yendo de la irritación leve a la furia intensa.

    Para controlar la ira hay que crecer mucho primeramente en humildad.  Esto nos ayuda a ir aceptando mejor las contrariedades.

    La mansedumbre o paciencia nos ayuda a controlar los arrebatos de cólera, al poder soportar con serenidad los momentos que pueden encender la ira.

     

    Contra IRA - PACIENCIA

    Paciencia para soportar con paz y serenidad las adversidades, contrariedades y ataques. 

    La paciencia modera la tristeza, dando conformidad y aceptación.

    ¿Por qué tristeza?  ¿Qué tiene que ver la tristeza con la ira?  La tristeza es la otra cara de la ira.  Ambas tristeza e ira denotan inconformidad ante las calamidades y problemas.

    La mansedumbre modera los arrebatos de cólera, que son una manifestación de la ira.

    "Si tú reaccionas en el momento de la furia, seguramente serás injusto. Y también te hará mal a ti mismo”.

     “Cuando una cosa no gusta, el primer sentimiento no es de Dios, es malo, siempre”“Detengámonos en cambio y demos espacio al Espíritu Santo”, para que “nos haga llegar a lo justo, a la paz”. (Papa Francisco, 16-Abril-2015)

     

     

    LUJURIA

    La lujuria es el goce del placer sexual en forma desordenada.  Los deseos y actos son desordenados cuando no se conforman al propósito para el cual Dios los creó. 

    En el caso de la sexualidad, Dios nos la dio para propiciar el amor mutuo entre los esposos y para favorecer la procreación.

    Como todo pecado capital, la lujuria origina otros pecados (Fornicación, Pornografía, pederastia, la violación, la prostitución…)

    ¿Qué cosas nos conducen a la lujuria?

    Películas, fotografías, imágenes, etc. que estimulen pensamientos y deseos contrarios a la castidad y/o que nos lleven a pecar de lujuria. 

    Es necesario entonces reconocer y obedecer el sentido que Dios ha dado a la sexualidad.

    El mundo nos vende la búsqueda del placer sexual, porque con eso nos sentimos supuestamente libres, realizados y felices. Y comenzamos a centrarnos en nosotros mismos, buscando el placer sexual, olvidándonos de Dios, de cómo nos creó y para qué puso en el ser humano la sexualidad. 

    Seguir al mundo en cuanto a la lujuria definitivamente es desviarnos del plan de Dios desde el momento de la creación del ser humano. 

    Vamos a analizar este proceso:   El corazón, que está hecho para amar, y la razón, que es para razonar, son manejados por el deseo carnal, que es lo más inferior de nuestra naturaleza.  No es que sea malo el deseo carnal (si fue puesto por Dios, no es malo: lo malo es el uso que le demos).

    Un ejemplo puede servirnos para entender el mal uso que puede dársele a algo que Dios nos ha dado.  Dios nos dio los dientes para morder, rasgar y masticar los alimentos.  Pero si un agresivo decide usarlo para maltratar a los demás mordiéndolos, está cambiando la finalidad de una cosa buena para hacer algo malo que termina por desvirtuar el fin para el que fue hecho.

    Cuando la lujuria no se rechaza con diligencia, el sujeto cae presa de sus propios deseos que terminan por dominarle y envilecerle.

     

    Contra LUJURIA – CASTIDAD

    Castidad es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón.

    La castidad no es una negación de la sexualidad.  Por la castidad la persona adquiere dominio de su sexualidad. 

    Por ese dominio, la persona es capaz de integrar la sexualidad en una sana personalidad, en la que la persona usa su sexualidad para el propósito para el cual Dios nos la dio.

    ¿Por qué la castidad es útil y necesaria?

    La castidad purifica el amor y lo eleva

    .  Es la mejor manera de preparase para el Matrimonio.  Desde la castidad se puede comprender y practicar mejor el amor conyugal.

    Aumenta la energía física y moral.  Se tiene mayor rendimiento en el deporte y en el estudio.

    La castidad estimula a la persona para ir superando el egoísmo y la capacita para el sacrificio.  Ambas cosas indispensables para las buenas relaciones conyugales. 

    La castidad es virtud indispensable para poder cumplir con la exigencia de la fidelidad conyugal. La castidad protege el futuro amor. 

     

     

    GULA

    La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida.  También está ligado al consumo de drogas.

    Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas:

     . Comer o beber en exceso más de lo que el cuerpo necesita.

     . Fomentar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que hacen daño para la salud.

     . Consentir el apetito fruitivo por comidas o bebidas lujosas y excepcionales.

     . Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder control total de la razón.  La intoxicación injustificada que termina en una completa pérdida de la razón es un pecado mortal.

     . Consumo de drogas de cualquier clase y en cualquier cantidad.

     

    Contra GULA – TEMPLANZA

    La virtud de la Templanza también tiene varios ángulos.  Aunque la Templanza puede referirse a la moderación en el placer sexual y también oponerse a la avaricia de bienes temporales, en este caso vamos a tratarla como la virtud opuesta a la Gula.

    La Templanza incluye la moderación y sobriedad en el comer y el beber.

    La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de exceso, el abuso de la comida, del alcohol y del tabaco.

     

     

    PEREZA

    Es el desgano culpable en el cumplimiento de las obligaciones, en el trabajo y en el estudio.  

    Incluye la ociosidad, que –como dice el dicho- es la madre de todos los vicios.  Incluye la postergación culposa: dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.

     

    Contra PEREZA - DILIGENCIA

    Diligencia es interés, responsabilidad, cuidado, eficiencia y también prontitud en el cumplimiento del deber. 

    También significa ánimo para obrar el bien.

     

     

    ¿Qué cosas ha dispuesto Dios para ayudarnos a vencer los Pecados Capitales?

    1. Las gracias actuales que constantemente está regalándonos, pero que muchísimas veces despreciamos.  Todo impulso para ser casto, humilde, generoso, etc. es una gracia divina.  El no aprovechar esos impulsos es desperdiciar las gracias actuales que Dios nos da.

    2. Los Sacramentos: 

    .    la Confesión:  para confesar los pecados capitales, para sabernos perdonados y para recibir las gracias específicas que nos llevan a perseverar en las virtudes opuesta a estos pecados.

    .    la Comunión:  que nos da la fortaleza interior para la virtud.

    3. La oración: que nos fortalece también en la lucha interior contra los pecados capitales.  Dentro de la oración, recordar que un arma muy poderosa es el Rosario. La Santísima Virgen María, es nuestra aliada en la lucha contra estos pecados.

    En el siguiente pasaje Bíblico veremos como tras un pecado capital es muy fácil consentir y caer en otros pecados. A continuación, tenemos un pasaje bíblico del rey David, el cual un día cegado por la pereza y la lujuria comienza a cometer otros muchos pecados hasta llegar al asesinato. Veamos:

    David y Betsabé (2 Samuel 11)

    11 En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.

    Una tarde, al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, por lo que David mandó que averiguaran quién era, y le informaron: «Se trata de Betsabé, que es hija de Elián y esposa de Urías el hitita». Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Hacía poco que Betsabé se había purificado de su menstruación, así que quedó embarazada y se lo hizo saber a David.

    Entonces David le envió este mensaje a Joab: «Mándame aquí a Urías el hitita». Y Joab así lo hizo. Cuando Urías llegó, David le preguntó cómo estaban Joab y los soldados, y cómo iba la campaña. Luego le dijo: «Vete a tu casa y acuéstate con tu mujer». Tan pronto como salió del palacio, Urías recibió un regalo de parte del rey, pero, en vez de irse a su propia casa, se acostó a la entrada del palacio, donde dormía la guardia real.

    10 David se enteró de que Urías no había ido a su casa, así que le preguntó:

    ―Has hecho un viaje largo; ¿por qué no fuiste a tu casa?

    11 ―En este momento —respondió Urías—, tanto el arca como los hombres de Israel y de Judá se guarecen en simples enramadas, y mi señor Joab y sus oficiales acampan al aire libre, ¿y yo voy a entrar en mi casa para darme un banquete y acostarme con mi esposa? ¡Tan cierto como que Su Majestad vive, que yo no puedo hacer tal cosa!

    12 ―Bueno, entonces quédate hoy aquí, y mañana te enviaré de regreso —replicó David.

    Urías se quedó ese día en Jerusalén. Pero al día siguiente 13 David lo invitó a un banquete y logró emborracharlo. A pesar de eso, Urías no fue a su casa, sino que volvió a pasar la noche donde dormía la guardia real. 14 A la mañana siguiente, David le escribió una carta a Joab, y se la envió por medio de Urías. 15 La carta decía: «Pongan a Urías al frente de la batalla, donde la lucha sea más dura. Luego déjenlo solo, para que lo hieran y lo maten».

    16 Por tanto, cuando Joab ya había sitiado la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos. 17 Los de la ciudad salieron para enfrentarse a Joab, y entre los oficiales de David que cayeron en batalla también perdió la vida Urías el hitita.

    18 Entonces Joab envió a David un informe con todos los detalles del combate, 19 y le dio esta orden al mensajero: «Cuando hayas terminado de contarle al rey todos los pormenores del combate, 20 tal vez se enoje y te pregunte: “¿Por qué se acercaron tanto a la ciudad para atacarla? ¿Acaso no sabían que les dispararían desde la muralla? 21 ¿Quién mató a Abimélec hijo de Yerubéset? ¿No fue acaso una mujer la que le arrojó una piedra de molino desde la muralla de Tebes y lo mató? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?” Pues, si te hace estas preguntas, respóndele: “También ha muerto Urías el hitita, siervo de Su Majestad”».

    22 El mensajero partió, y al llegar le contó a David todo lo que Joab le había mandado decir.

    23 ―Los soldados enemigos nos estaban venciendo —dijo el mensajero—, pero cuando nos atacaron a campo abierto pudimos rechazarlos hasta la entrada de la ciudad. 24 Entonces los arqueros dispararon desde la muralla a los soldados de Su Majestad, de modo que murieron varios de los nuestros. También ha muerto Urías el hitita, siervo de Su Majestad.

    25 Entonces David le dijo al mensajero:

    ―Dile a Joab de mi parte que no se aflija tanto por lo que ha pasado, pues la espada devora sin discriminar. Dile también que reanude el ataque contra la ciudad, hasta destruirla. Y anímalo.

    26 Cuando Betsabé se enteró de que Urías, su esposo, había muerto, hizo duelo por él. 27 Después del luto, David mandó que se la llevaran al palacio y la tomó por esposa. Con el tiempo, ella le dio un hijo. Sin embargo, lo que David había hecho le desagradó al Señor.

    2.2 LOS PECADOS CAPITALES EN NUESTRO MUNDO ACTUAL.

    Con el paso del tiempo, las costumbres y actitudes del ser humano se han transformado. Y con ellas, los terribles errores que perpetramos. Multitud de expertos y medios de comunicación de todo el mundo han elaborado una lista de los pecados capitales de la edad moderna. A continuación, exponemos algunos ejemplos:

    1) Contaminar el medio ambiente

    Aunque muchos no lo consideren como tal, el planeta Tierra es nuestro hogar y debemos cuidarlo. Quizás parezca que ya es demasiado tarde, pero si todos ponemos de nuestra parte, las consecuencias pueden no ser tan catastróficas. Los efectos nocivos de nuestros actos ya son más que visibles: el calentamiento global, la desaparición de los polos, la contaminación…

    2) Violación de los derechos humanos

    El terrorismo, la censura, la discriminación, la represión… Son muchas las escenificaciones que este pecado moderno muestra en la sociedad actual. Estas atrocidades se han convertido en algo habitual, rompiendo aquellos privilegios que el hombre tiene desde su nacimiento: la libertad y la igualdad.

    3) La pobreza

    En el año 2015, más de 700 millones de personas vivían en condición de extrema pobreza en todo el mundo. Unos datos que se traducen al 9,6% de la población mundial. Este punto es, sin duda, uno de los más preocupantes de la lista y una realidad a la que muchos hacen frente en su día a día.

    4) La riqueza obscena

    El contrapunto a esa pobreza también pertenece a la lista de los pecados capitales de la edad contemporánea. La corrupción lideraría un nivel que muchos han convertido en toda una costumbre. La codicia y el deseo de riqueza extrema termina por perturbar al hombre, llevándole por el peor camino posible. Arruinando además la vida de terceras personas.

    5) La violencia

    La violencia de género, el bullying, la homofobia o la pedofilia son algunas de las conductas que demuestran la naturaleza más depravada, cobarde y miserable del ser humano. No existe un solo día en que alguna de estas prácticas se lleve a cabo. Dejando víctimas inocentes a su paso.

    6) El consumo excesivo

    La acumulación de bienes y servicios innecesarios para nuestra supervivencia más elemental es un hábito muy interiorizado en el siglo XXI. El placer y la satisfacción que esto provoca en ciertos individuos desvirtualiza el verdadero significado de ambos términos. Incluyendo la felicidad o la complacencia personal.

    7) Tráfico de drogas

    La Iglesia Católica enumeró el tráfico de drogas como uno de los pecados capitales actuales más importantes. El abuso de este tipo de sustancias puede resultar muy perjudicial para la salud del sujeto.

    2.3 LOS PECADOS CAPITALES EN LAS REDES SOCIALES. 

    En el siguiente artículo de Fabrizio Piciarelli encontramos la reflexión prefecta para nuestro punto a tratar.

     

    Hace algunos años, el fundador de Linkedin, Reid Hoffman, explicó su teoría sobre el éxito de las redes sociales:

    “Las redes sociales funcionan cuando representan uno de los siete pecados capitales”. Y añadía: “Zynga es la pereza. Linkedin responde a la avaricia. Facebook, a la vanidad”. No creemos que Hoffman bromease sólo. Las redes sociales de hecho son un verdadero espejo de nuestro carácter, de nuestra personalidad y sobre todo son una representación real de nuestros pecados y nuestros defectos. De hecho, es apropiado decir “Dime qué red social usas y te diré quién eres”.

    Probemos a establecer una posible asociación entre el perfil del usuario de redes sociales y cada uno de los 7 pecados capitales. Será divertido reconocerse en una o más de estas tipologías y hacer un poco de autocrítica.

     

    1. La pereza

    ¿Quién es el perezoso en las redes sociales? Es el usuario que vegeta indolentemente durante varias horas al día en las redes sociales, casi en evanescencia delante de la pantalla plana del ordenador. Esta es su concepción de reposo y relax. Está siempre retrasado con cualquier cosa y, a quien se lo dice, explica con ansia e irritación que la jornada para él es mucho más complicada de lo que se pueda imaginar.

     

    ¿A qué red social podremos asociar la pereza? Seguramente a Zynga, la empresa que produce y gestiona videojuegos por internet como Farmville y CityVille. ¿Quién de nosotros, al menos una vez, no ha probado por curiosidad uno de estos juegos que te hacen ganar caramelos o frutas virtuales, que transforman en crédito para continuar jugando durante horas, abandonados a la inercia de una tableta en el sofá?

     

    2. La gula

    El goloso en las redes sociales es el usuario que, como un niño delante de un bote de mermelada, se deja vencer por los impulsos y no consigue controlarse. No sabe vencer su irrefrenable impulso de agarrar cada dos minutos el móvil para ver si hay notificaciones o actualizaciones, para ver fotos o para publicarlas. ¿El resultado final? Un terrible mal de estómago, una verdadera indigestión digital, de la que es posible curarse sólo a través de una desintoxicación de las redes sociales.

     

    La gula está seguramente representada por Instagram, la red social que permite a los usuarios hacer fotos, aplicar filtros, y compartir todo también en otras redes sociales. En teoría es divertido y sin nada de malo. Pero el problema es cuando se nos va la mano con la tentación de hacer fotos y publicar a manca y a diestra, atrapados por un deseo insaciable de publicar imágenes. Así es como se genera el pecado de gula .

     

    3. La soberbia

    ¿Quién es el soberbio en las redes sociales? Es, digámoslo claramente, el usuario antipático. Vanidoso como ninguno, no lee mensajes de los otros sino que lee y relee solo los suyos. Valora constantemente y con extrema atención la propia influencia sobre las redes sociales y en forma narcisista lleva la contabilidad de las propias interacciones virtuales, midiendo el éxito de sus publicaciones y de sus estados. Entra en éxtasis cuando ve las propias frases tomadas, compartidas y comentadas por otros como si fueran píldoras de sabiduría. Está obsesionado con la propia imagen, cosa que le lleva a cambiar la foto cada 48 horas.

     

    Aquí la elección ha sido sencilla: Facebook. Entre todas las redes sociales es sin duda la que más estimula nuestra soberbia, haciendo cosquillas a nuestro ego y nuestra vanidad. Snapchat, la nueva red social que está arrasando entre los jóvenes, basada solo en fotos y vídeos, tampoco es ajena a la posible asociación con este vicio capital.

     

    Estímulos continuos a hacernos fotos donde todos estamos siempre muy guapos, sonrientes, en perfecta forma y como en vacaciones permanentes. Selfie y continuas estrategias estudiadas ad hoc para tener más me gusta y posibles consensos. Mostrarse como no se es realmente se ha convertido ya en la norma. El peligro en estos casos es creer que la vida real sea la que leemos en los estados y en las publicaciones de Facebook, pensar que nuestros amigos son realmente felices y afortunados sólo porque han publicado un álbum de unas 100 fotos como mínimo después tras regresar de las vacaciones.

     

    4. La lujuria

    ¿Quién es el lujurioso en las redes sociales? Es el usuario obsesionado en dar siempre una ojeada a los perfiles y a las imágenes de los otros, o que busca nuevas posibilidades de encuentro y de relación. La persona permanentemente sujeta a un continuo y frenético tríptico “petición de amistad - me gusta - sigue”, en la esperanza de aprovechar y obtener nuevas relaciones sociales, consenso, admiración. Entre todos, quizá es la tipología de usuario más débil y un claro rehén de las redes sociales, en cuanto que está privado de una vida real satisfactoria.

     

    Entre todas las redes sociales, Tinder es seguramente la más representativa de la lujuria. Tinder de hecho es una aplicación para móviles con un objetivo único y claro: facilitar las citas y encuentros con personas que están cerca, gracias a la geolocalización con el GPS. A partir de nuestra posición geográfica, la aplicación diseña un círculo más o menos extenso, dentro del cual son elegidos otros usuarios, en base de la edad y del sexo, a quienes podemos decidir contactar o encontrar.

     

    5. La avaricia

    ¿Quién es avaro en las redes sociales? Es el usuario que, al contrario del soberbio, no comparte nunca sus informaciones. Al máximo se lucra de los otros. Fisgonea en los perfiles de los otros sin hacerse notar. Se mezcla en la red social, pero no emerge. Se mezcla secretamente en lo cotidiano de su entorno, capta y registra todo, pero se cuida mucho de comentar o de interactuar. Cree que los otros faltan al sentido del pudor y no comprende cómo se puede lanzar a los cuatro vientos las propias informaciones de esa forma.

    Piense lo que piense Zuckerberg o diga lo que diga, también este pecado puede ser asociado a su Facebook.

     

    6. La envidia

    El envidioso en las redes sociales es el usuario que no soporta tener toda esta gente derrochando felicidad o haciendo viajes de ensueño. La continua autopromoción de los propios amigos en las redes sociales lo hace enloquecer y comentar de forma compulsiva e histérica todas las publicaciones y los estados de los otros.

     

    Digámoslo claramente. La envidia es un pecado que puede atravesar casi todas las redes sociales. Una reciente investigación americana afirma que las representaciones felices y extremadamente idealizadas de la propia vida en las redes sociales (por ejemplo poner fotos de las vacaciones), suscitan fuertes sentimientos de envidia y una visión distorsionada de la realidad, que inducen a pensar que la vida de los otros sea siempre más feliz y más lograda que la propia.

     

    7. La ira

    Es el usuario de las redes siempre colérico, irascible, con escasa ironía y menos sentido del humor. Siempre listo para compartir noticias sobre presuntos complots, escándalos y maquinaciones, que difunde con urgencia: “¡Divulga! ¡Importante, absurdo, no te lo puedes creer!” La continua protesta y el insulto fácil son su pan de cada día. Consejo: evitar absolutamente en el muro de amigos gente así.

     

    La ira es la rabia expresada con actos y palabras. Entre todas las redes sociales, la que seguramente representa este vicio es Twitter. ¿Quién de nosotros, al menos una vez, no ha escrito un tuit para expresar la propia rabia, disgusto o descontento, para enmascarar las propias desilusiones, insuficiencias y frustraciones? El tuit es el medio ideal para manifestar todas nuestras emociones en caliente, pensamientos poco ponderados. El colérico en las redes sociales es el usuario que no pierde nunca ocasión para descargarse contra todos y todo, manifestando la propia desaprobación por esto y por lo de más allá. No tiene pudor por expresar todas sus emociones negativas en público. Tira la máscara y ataca a todos, sin salvar a nadie.

     

    Llegamos a la conclusión. Y bien, sí, las tentaciones en la red son muchas. Las más peligrosas son siempre las que no conocemos o infravaloramos. Pero si nos reconociésemos, al menos en parte, en alguno de estos 7 vicios capitales, ya habremos hecho la mitad de la obra y estaremos en el buen camino. Como afirmaba Kierkegaard, “la ironía es el ojo seguro que sabe cómo capturar el mal, el absurdo, lo vano de la existencia”.

    http://www.familyandmedia.eu/es/internet-y-social-network/los-7-pecados-capitales-de-las-redes-sociales/

     

    También hemos encontrado y con esta aportación concluimos nuestro proyecto que el usuario de Twitter Guarromántico ha elaborado una nueva lista de pecados adaptada a los nuevos tiempos en el que se asocia un pecado capital con un pecado digital.

    En esta enumeración aparecen la plataforma de vídeo bajo demanda Netflix, las redes sociales Instagram, Facebook, Twitter, LinkedIn; la aplicación de ligar Tinder y la web de compras Amazon.

    Gema, Manuel, Victoria, Máxima, Omaima, Alicia, Fabricio y Juan Miguel.

    Religión (IES Brianda de Mendoza)